sábado, 4 de agosto de 2007

huida

Casi no entiendo lo que ha pasado estos días. No sé si algo habrá cambiado dentro de mí o si se habrá despertado algun tipo de virus o parásito y me siento así por eso.
Me jode no saber que canción quiero escuchar. No hay ninguna que se me venga a la cabeza, así que busco una que siempre me ha gustado mucho, pero como imaginaba, ahora no es lo que busco. Elijo algo ajeno a mí. Una canción que no represente nada. Quizás es eso lo que necesito. Algo nuevo. Quiero salir corriendo. Quizás llamarla por teléfono e irme por ahí sin más. Probar.
No sé... Una huida. Siempre huyendo. De mí, de tí, de todo el mundo. Ya veremos donde acabo

jueves, 24 de mayo de 2007

dobles parejas

Caminaba dando un paseo, con calma. En la calle Fuencarral, a la altura del mercado, los ví. Eran ya mayores, de unos 70 años y parecían sacados de una peli de cine de barrio.
Él era una especie de Manolo Escobar estirado. Como si le hubiesen cogido de los pies y de la cabeza y hubiesen tirado en sentidos opuestos. El traje le quedaba ancho, acrecentando esa sensación. Además tenía un color blanquecino en la cara que le daba un aspecto fantasmagórico. A su lado, de su brazo, una mujer, que le complementaba a la perfección. Oronda, el pelo lacado, camisa rojo chillón con enormes flores negras estampadas y el mismo tono mortecino en la piel.
Andan despacio, en silencio y con la mirada perdida en algún punto para mí inexistente... Aun dudo de que séan de este planeta. Eran, sin duda, dos extraterrestres (seguramentes, primos de Gurb) aun aclimatándose a nuestro mundo.
Continuó mi paseo y al fin llego. Plaza de España, esquina Leganitos. Como siempre, puntual.
Tuve suerte y me pude sentar en uno de los salientes de los ventanales del restaurante que ahí allí. Los minutos van pasando. Se retrasan, pero estoy distraido mirando a la gente. Hay un montón de personas que pasan ante mis ojos sin parar. Yo los miro distraido, cuando de repente, vuelven a llamar mi atención
Esta vez son jóvenes, de unos veintitantos. Su particularidad es que en sus rostros se aprecia cierto retraso. A ellos no les importa, avanzan agarrados por la cintura muy sonrientes los dos, sobre todo él. Me hace mucha gracia ver como la coge, rodeándola por completo con el brazo hasta colocar su mano casi a la altura de su ombligo. Lleva la cabeza alta, orgulloso, como diciéndole al mundo. Podré ser como sea, pero ella es mi chica y me quiere. Se detienen en el semáforo. Se besan. Sonríen. Sonrío. Se les ve felices..

Esta vida puede ser, a veces, perfecta.

viernes, 18 de mayo de 2007

mucho y poco

Estoy contento.

lunes, 7 de mayo de 2007

dialogo inútil

-Podrías hacerme un poco de caso, ¿No? Llevo un buen rato contandote esto y tú ahí como si nada.
-Mira, déjame en paz. Ahora no tengo ganas de escucharte.
-Debí haberlo imaginado, ultimamente pasas de mí.
-Es que siempre estás con lo mismo. Me tienes aburrida.
-Joder, ya te vale... Podrías mostrar al menos un poco de compasión...
-Sí claro, eso no te lo crees ni tú. Ya sabes que soy impasible- Media sonrisa por su parte.
-Entonces no vas a decir nada, ¿Verdad? Vas a dejar que me quede así con esta cara de tonto.
-Conoces la respuesta.
-Venga ya- Me quejo.
-De verdad, no sigas. Por favor.

Silencio.

-Que te jodan. ¿Sabes? Que te jodan

Mierda, tengo que cambiar de almohada.

martes, 24 de abril de 2007

un, dos. un, dos, tres, cua...

Ya desde por la mañana el estomago está revuelto, pero esta vez nada tiene que ver con ningún tipo de problema gastrointestinal. Todo transcurre con normalidad y es bueno tener el tiempo ocupado. Yo aun me pongo muy nervioso con esto.
Después de comer y sin tiempo para poco más salgo. Hemos quedado a las 5, pero como siempre las cosas van con retraso. Nos tiramos en el cesped a esperar y poco a poco van llegando los otros.
El escenario está bastante bien y tenemos un backline bastante decente.
En principio la prueba la íbamos a hacer nosotros, pero al final nada. Así que las prisas han sido en balde. La tarde va pasando entre risas, gente muy maja y alguna que otra tía imbecil... A veces esto último es inevitable. Que exista gente imbécil, Esta vez tocó género femenino.

Las horas se consumen y en un rato nos toca. Calentar un poco, ponerlo todo en orden. Mierda. Nunca he soportado los momentos iniciales a los acontecimientos importantes. Me pongo muy nervioso. Intento controlarlo pero ya no hay nada que hacer. Gritos de nervios. Decisiones de última hora que no me convencen nada, y es que nos dan unos minutos más y eso altera el set list. Bueno, acepto lo que dice la mayoría sin rechistar. Ahí vamos, nos llaman. Tensión. Subimos. No hay mucha gente, unas 100 personas o así pero bueno, ahora eso no importa.
Todo enchufado. Probamos corriendo. Como siempre hay prisas. Me agobio. Aaaah!!
Todo acaba. Se encienden las luces. Es nuestro momento.

un, dos. un, dos, tres, cua... ¡¡Rock & Roll!!

miércoles, 18 de abril de 2007

reflejos

Me reflejo en el cristal del vagón. Miro hacia abajo y veo mis zapatos.
Me gusta mirar los zapatos de la gente cuando voy en el metro. Los miro y me imagino como es el resto de la persona. Si es joven, como va vestido... En definitiva. Que pinta tendrán.
Por lo general nunca acierto, pero me hace gracia y cuando estoy aburrido recorro el suelo con la mirada en busca de los pies de la gente. Ellos no son conscientes... Mejor así.

Siempre hay algo escondido...

miércoles, 11 de abril de 2007

elástico

Yo funciono a tirones. No consigo la homogeneidad. O no la busco, o soy incapaz de encontrarla, eso ya no lo sé. Tampoco sé si es bueno o malo, aunque es cierto que la echo de menos a veces.
Existe, para todo cuerpo con propiedades elásticas, un límite que no se debe sobrepasar, ya que si se hace no hay vuelta atras. Como un punto de "no retorno" que impide que vuelvas a la la situación inicial. Hay que tener cuidado entonces, de cuanto estiras.
A la inversa, llega un momento en el que no puedes comprimir más dicho cuerpo. Eso va a depender del tipo de material del que esté hecho, de la fuerza con la que lo comprimas... pero también hay un límite, aunque con consecuencias menos devastadoras, a priori, que una elongación excesiva.
Ahora estoy en un punto de transición. No tengo muy claro si me estiro después de haberme apretado mucho o si me empiezo a apretar después de un estiramiento brutal. Habrá que esperar, revisar los daños y ver cual es la dirección si se confirma el cambio de tendencia. Porque es dificil controlar todas las fuerzas...

sometimes, I wanna be homogenic. Fuck!

CENSURA

No me gusta especialmente hacer una entrada sólo con cosas que leo o veo navegando, pero esta es especial por lo relacionada que está con este universo paralelo que es internet.

La reforma de la LISI (Ley de Impulso de la Sociedad de la Información) obliga a los prestadores de servicios a retirar contenidos "presuntamente ilícitos” a solicitud de la SGAE y entidades análogas.

Aquí dejo un par de enlaces de páginas y blogs que lo cuentan con más detalle y mucho mejor que yo:

asociación de internautas

microsiervos

Hay que hacer un poco de ruido e intentar evitar que se de este paso en la censura de contenidos en interntet, que es de los pocos sitios en los que se puede ser aun un poquito libre...

sábado, 7 de abril de 2007

sinceridad bruta

¿Y si dijésemos todo aquello que pasa por nuestra cabeza sin pensar en las consecuencias?
Por ejemplo, ¿Qué pasaría si le comentases a ese buen amigo tuyo que estas harto de esa cosita en concreto que tanto te saca de quicio a sabiendas de que por su caracter se va a cabrear contigo?
¿Qué pasaría si no te cortases un pelo y al pedir tu opinión sobre algo fueses demoledoramente sincero?
Soy consciente de que hay gente que es así, pero creo que no es lo habitual. Normalmente, usamos la mentira para disimular o ignorar las pequeñas cosas que les pasamos a los demás y que no son importantes si hacemos un balance general de lo que nos gusta y no nos gusta de alguien.
Sé que no es nuevo pensar esto, reflexionar sobre esto... Porque en varios miles de años se le ha ocurrido a muchos otros por fuerza, pero, no deja de parecerme curioso que algo tan difamado y rechazado de plano. La mentira, sea practicamente imprescindible para que consigamos llevarnos bien; o al menos, aguantarnos.
Así que sigo preguntandome ¿qué pasaría si absolutamente todos y cada uno de nosotros fuese absolutamente sincero en todo momento?

Yo creo que sería catastrófico... Aunque me gustaría empezar a hacerlo...

viernes, 6 de abril de 2007

cambio de idea

Tenía pensado escribir una cosa sobre el metro y los zapatos de la gente... Pero se va a quedar apartado por ahora. Ayer me bajé el último disco de Damien Rice, del que ya dejé un tema en forma de video hace un tiempo.
No se que me pasa con este tío. No sé porque me gusta tanto, porque me llega de esa manera estando está alejado de la música que suelo escuchar..
No sé.. El caso es que la primera canción que he escuchado del disco le pega mucho a este día de lluvia y frío que hace hoy así que aquí la dejo.. que ya habrá tiempo de hablar del metro y de las cosas que suelo hacer cuando voy de un lado a otro por las tripas de la jungla esta.

miércoles, 4 de abril de 2007

malos olores

De repente hizo acto de presencia. Un olor súbito e inesperado nos cogió a todos por sorpresa.
Los unos miraban a los otros. En sus rostros incomprensión y cierta repugnancia. Comó es posible que haya pasado aquí.... Yo sonrío al verlos, la situación es divertida y además estoy casi convencido de quien ha sido al que se le ha escapado el pedo en el la cola del supermercado. Uno de los pedos mas hediondos que jamas haya tenido la desgracia de aspirar, por cierto...

No soporto los supermercados, ni la fauna que lo compone y encima, se me han olvidado las bolsas de basura una vez más.

lunes, 2 de abril de 2007

desde fuera

Leo otros blogs, comentarios de otros en más blogs. Hay gente muy buena, que escribe muy bien, gente que lo hace muy mal. Gente que me cae muy bien. Gente que me parece insoportable...
A través de lo que escribes, enseñas tu caracter. Salvo que séas muy buen actor o actriz... Pero no creo que eso sea lo normal. Y entonces, percibo simpatía, inteligencia, prepotencia, soberbia, cursilería, estupidez rotunda, carencias, querer y no poder, talento a raudales, sencillez, saturación, pretensiones... En fin, un poco de todo. Lo normal.
Siempre he tenido mucha curiosidad por saber lo que yo mismo opinaría de mi mismo si lo pudiese ver con perspectiva. La verdad es que me importa muy poco lo que los demás puedan pensar. No es eso. Lo que me gustaría es ver como me caería yo a mí mismo (complicado de redactar)
He conseguido algo similar a esto con cosas que escribí hace mucho. Cuando el tiempo ha cambiado lo que piensas o modelado lo que sentías, en cierto modo, puedes llegar a verte como un extraño, pero nunca he conseguido sentirme del todo ajeno; simplemente, diferente.
De verdad que me encantaría poder verme desde fuera y ver que me parezco, aunque es posible que sea un ejercicio peligroso... quién sabe.

Algo parecido a esto me paso hace ya tiempo. Iba con mi madre en el autobús. No hablábamos. Cada uno a su bola mientras esperábamos a que avanzase el atasco. Ella iba distraida mirando por la ventana. Yo la observaba y, durante un segundo, la percibí como una extraña. Me gustó la idea. Intenté verla como a cualquier desconocido, ver que era capaz de transmitirme a nivel individual, sin lazos, sin el vínculo que a la fuerza compartimos. Fue curioso.

perspectivas

domingo, 1 de abril de 2007

de mayor



Yo, de mayor, quiero ser el personaje de una peli de Tarantino y así parecer un tipo duro incluso hablando de Madonna o yendo en pantalón corto y camisa hawaiana. Y si eso, morir mientras cago. Porqué no...


viernes, 30 de marzo de 2007

pequeños placeres

RAMONES I WANNA LIVE




jueves, 29 de marzo de 2007

cositas

Hay cosas pequeñas que normalmente damos por supuestas y a las que nunca damos importancia.. Cuando faltan, tomamos consciencia de que pueden llegar hasta a ser imprescindibles.

Adherencia: Se define (además de otras formas que omitiré por irrelevantes) como:
-Unión física, pegadura de las cosas.
-Cualidad de adherente.
-Resistencia tangencial que se produce en la superficie de contacto de dos cuerpos cuando se intenta que uno deslice sobre otro.

Bien, es la tercera la acepción que me interesa.
La suela de mis zapatillas resbala, carece de adherencia, así que los días de lluvia se han convertido en algo peligroso y bastante incómodo, sobre todo en los tramos de adoquines cuadrados y pequeños o en las zonas blancas de los pasos de cebra.
En estos días, voy buscando el asfalto y las zonas más rugosas en busca de la superficie más adecuada. La realidad se transforma y ahora tengo controlados, en los trayectos más habituales, que zonas son más o menos resbaladizas. Esto hace que yo, animal de costumbres para algunas cosas, haya cambiado el camino que recorro hasta el metro por otro más adherente los días lluviosos. Por poner sólo un ejemplo.
Asi que este invierno, conseguir estar pegado al suelo se ha convertido en algo complicado a veces...

Pues eso, algunos días me cuesta avanzar. Y es curioso que no sea por estar demasiado pegado al suelo... sino por todo lo contrario.

Nota final: Hablaba de las pequeñas cosas. Tener un grano en la punta de la nariz es otra de esas cosas estúpidas. A veces, la simetría es un incordio.

miércoles, 28 de marzo de 2007

en una hoja



pd: ni caso...

cambio de planes

Había escrito una cosa esta tarde en un cuadernillo. Bastante desordenada, hablaba, medio en clave, de como me sentía. Pensaba arrancar la hoja, escanearla y colgarla así en el blog. Pero lo voy a dejar para otro momento. Ahora mismo no tiene valor, porque hay cosas más importantes.
Mañana lo haré, ahora no tiene sentido.

martes, 27 de marzo de 2007

necesidad

Tengo una sensación extraña. Una especie de inquietud. Voy a largarme cuando escriba esto. Voy a pasear. Solo. Es curioso como consigo encontrar la calma, la tranquilidad entre el caos de la ciudad (que en esta sobra, además). Quizás sea la sensación de estar y a la vez, estar ausente. No lo sé. Tampoco sé porque necesito irme ahora mismo.
¿Qué siento?

lunes, 26 de marzo de 2007

amén

Ha dicho el Papa (y de verdad que lo ha dicho):

“El infierno, del que se habla tan poco en nuestro tiempo, existe y es eterno para cuantos cierran su corazón al amor de Dios”

Allí nos vemos.

domingo, 25 de marzo de 2007



Se acaba la semana. Otra más. Otra menos.
Dividimos el tiempo en pequeños ciclos. A veces pienso que es para estar permanentemente dándonos una nueva oportunidad de empezar.
Los días, luego las semanas, los meses y los años. Siempre se comienza con nuevas esperanzas, como en una especie de permanente intento de reencarnación, de renovación.
En el fondo yo no soy ajeno a eso, y muchas veces he intentado hacer coincidir estos días 1 con el punto de inflexión necesario (cuando ha sido necesario un punto de inflexión).
Pero ya no huyo de lo lineal. Que cambie aquello que deba cambiar y que siga la tierra dando vueltas y más vueltas conmigo dentro... Aunque a veces me canse, me encierre y quiera parar, bajarme y no volver a subir.
Se acaba la semana. Que se vaya con música. (Everything zen. Bush)

sábado, 24 de marzo de 2007

instintos

-Creo que lo que necesito es matar a alguien. Despues de soltarlo, acabó su cerveza de un trago. Luego limpió con una pequeña servilleta el par de gotas que se habían derramado y contiúno diciendo. -Sí, matar a alguien. Eso es lo que necesito. Matarlo con mis propias manos, a hostias. Reventarle la cara a puñetazos. Sentir el calor de su sangre cayendo por mis codos. Oir su agonía, sus gritos de auxilio. Sentir su dolor. Verlo suplicar por su vida. Verlo llorar como un niño mientras no paro de darle más y más golpes.
Yo lo miraba, entre asustado y divertido porque, aunque cuando hablaba le brillaban los ojos de una extraña forma, y su voz estaba llena de vehemencia, no podía creer que estuviese hablando en serio.
-No jodas- respondí con una sonrisa. -Claro eso es justo lo que le hace falta a cualquiera. Yo lo pensé el otro día también y estuve a punto de cargarme a tres guiris con pinta de pardillos pero al final, pasé. Llegaba tarde al curro, ya sabes... los jefes soplapollas y los asesinatos triples son algo difícil de compaginar.
Su cara cambió y también lo hizo su voz. Fue entonces, después de soltar la coña, cuando empecé a preocuparme. Muy serío, me miró fijamente a los ojos. Me acojoné.
-Crees que estoy de broma. ¿Verdad? Pues no es así. Quiero matar a alguien con mis manos.
-Venga ya. No, no... no puedes estar hablando en serio.
-Sí. Completamente. Le he dado muchas vueltas. Tiene que ver con mi yo más primitivo. Mi instinto de depredador se ha despertado y algo dentro de mí me dice que debo saciarlo. Ver el terror en los ojos de la presa y saber que soy superior, que el que decide si vive o muere soy yo. Saber que puedo aplastarlo con mis propias manos...
Silencio. Unos segundos de helador silencio rotos por sus últimas palabras:
-Y hacerlo.

miércoles, 21 de marzo de 2007

pequeños detalles

Mi vecina de abajo es un coñazo. No nos llevamos nada bien desde que hace ya unos años ella le dejase al portero una notita en la que se quejaba de que le molestaban las pisadas de mi madre al levantarse, ya que la despertaban y le hacían perder valiosos minutos de sueño precioso... La nota era muy pedante, casi ridícula. Bueno, no era casi ridícula, lo era sin más.
El problema era de practicamente irresoluble, porque si bien el suelo ciertamente retumba, las posibles soluciones como no levantarse de la cama hasta que ella ya estuviese despierta o la levitación no eran en absoluto viables. Así pues, el conflicto estaba servido.
También cabe señalar esa actitud tan, tan... No se como decirlo... ¿Estirada? de ir con una notita al portero quizás fue desafortunada, ya que creó cierta hostilidad hacia ella por nuestra parte. Aun así, fue muy divertido cuando este llegó y nos dijo que teníamos un mensaje de una vecina a la vez que nos daba un pequeño sobre. A la intriga inicial le siguieron las risas, y una visita de mi señora madre a la agraviada, a la que no consiguió contentar del todo con su promesa de intentar hacer menos ruido.
La relación, inexistente hasta ese momento, se volvió tensa, y en los ocasionales encuentros de ascensor su cara de reproche era patente. Yo lo tomaba de coña y siempre que la veía le obsequiaba con la mejor de mis sonrisas y los saludos más educados y corteses. Y cuando la cosa parecía ya olvidada tras el paso del tiempo, llaman a la puerta y allí está ella. Muy nerviosa comienza a dar gritos y casi no se entiende lo que dice. Habla de no se que de su cuarto de baño y de inundaciones y empieza a soltar mierda contra nosotros. Un auténtico espectáculo. Pues bien, resulta que nuestras tuberías no deberían estar en muy buen estado y debió haber una avería gorda y como fatal consecuencia que el agua calase su cuarto de baño y no recuerdo que otras más habitaciones... Desde ese día nos mira con odio. Yo sigo forzando la sonrisa hasta donde dan mis mandíbulas.

Los martes llego tarde a casa por la noche. Solo podemos ensayar todos juntos a partir de las nueve así que levantarse el miércoles con cara de zombi se ha convertido en algo habitual. Ayer no fue la excepción y sería la una y media cuando llegué a casa. Todo era normal hasta que bajé del ascensor. No sé, notaba algo rara la luz del pasillo, como más ténue, diferente. No le di importacia porque entre otras cosas no me estaba dando cuenta de una forma consciente, era tan solo una sutil percepción, pero ahi seguía. El pasillo en sí, sin dejar de ser el mismo de todos los días había cambiado, pero lo que más me extraño fue, al llegar frente a la puerta, que el bombín de la cerradura estaba bastante salido. No recordaba que fuese así y bastante mosqueado pero aun actuando bajo el mando de la rutina saqué la llave y la metí en la cerradura. Mi cerebro no lo procesaba. La puerta no se abría. Seguí forcejeando unos segundo sin obtener resultados, y cuando la frustración estaba comenzando a hacer acto de presencia, todo encajo. Las piezas se colocaron con milimétrica precisión y lo entendí. Mierda, pensé, ¡estoy en el octavo! Y así era, estaba en el octavo intentando abrir la puerta de la vecina. ¡Me había confundido al darle al botón del ascensor! Rapidamente me largué de allí, subí el piso de escaleras que había dejado pendiente y conseguí llegar a mi casa. Espero que ella no se diese cuenta... Aunque, la verdad, es que me da bastante igual.

Hay que fijarse en los pequeños detalles. Yo lo intento, estar pendiente de ellos, porque muchas veces, son los más importantes.

lunes, 19 de marzo de 2007

despierto

Algo me decía que no dejase acabar el día. Tenía ya los ojos hinchados por el sueño y me he tenido que obligar a meterme en la cama, pero a desgana, como si de forma inconsciente supiese que no era una buena idea. Tenía frío una vez dentro. Más de lo normal. Tras un rato luchando contra la pereza de salir al exterior me levanto y cojo otra manta, tampoco demasiado gorda.Vuelvo a la cama. Vienen a mi cabeza todas mis obsesiones. Las lineas, formas, letras con las que he estado negociando todo el fin de semana y que han sido, a veces, absolutamente despiadadas se agolpan en mi mente que bordea el sueño sin llegar a aferrarse a él, en un estado de consciencia irreal creando imposibles estructuras tridimensionales. A la vez estoy en una especie de desierto y los recuerdos son borrosos. Inconexos. Recuerdo una historia en la que formo parte de una especie de angustioso thriller policíaco con secuesto incluido. En el me asfixian, me besan, me persiguen, lucho, corro, y al final, del cielo, desde un helicóptero lanzan un cuerpo envueto en una pesada manta. Quién está conmigo es un ser querido de la secuestrada. Seguramente, el padre. Corre para intentar salvarla de la mortal caida, pero es imposible. El ruido seco del cuerpo al caer golpea el corazón con la certeza de lo evidente. Pero dentro de la manta, no hay cuerpo: sólo un vestido ensangrentado. Lágrimas. El sueño sigue. Doy vueltas y más vueltas, y más vueltas, y más vueltas, y más vueltas... Hasta que el ruido me trae de vuelta a la realidad.
Cuando hace viento, se forman unas corrientes terribles por la estrecha calle a la que da uno de los lados de mi casa. El sonido es atronador, desproporcionado, El viento aulla, golpea las ventanas con furia desmedida. Ya estoy acostumbrado al estruendo, pero hoy, el ruido de una ventana mal cerrada me ha hecho saltar de la cama. Completamente desorientado he llegado al salón y casi me mato con el cable de la jodida play station que ha caido al suelo boca abajo en mi lugar. He inspecionado todas las ventanas y la que da golpes no es mía. Vuelvo a la cama. Es muy temprano.
Viene a mi cabeza esa sensación extraña que me retenía despierto. Me levanto definitivamente con una sensación extraña que no me abandona. Enciendo el ordenador. Elijo The Doors. Me apetece escuchar "hello, i love you". La pongo. Comienzo a escribir.
Viene a mi cabeza una historia.
Hace ya unos cuantos años de esto. Era una noche de verano de esas en las que no hace calor y el viento sopla fresco y suave. Estabamos en el salón de mi casa, unos amigos y yo, charlando y fumando unos petas. No recuerdo bien quien tuvo la idea pero acabamos con todas las luces apagadas, dos velitas sobre la mesa, los ojos cerrados y "the end" sonando de fondo. La versión de Apocalipse Now, la que tiene los ruidos de pájaros al final... La más loca. Fueron quince minutos increibles, llenos de sensaciones. Al final, cuando la canción acababa regresamos todos al salón, a la realidad y con las últimas notas en fade out, una ráfaga de viento se llevó la llama de la última vela que quedaba encendida, dejándonos sumidos en una oscuridad silenciosa... Aun estamos convencidos de que esa noche nos visitó el mismísimo Jim Morrison...



Suena el despertador, pero hoy no es necesario.

domingo, 18 de marzo de 2007

no tan sencillo

A veces. Sí.
A veces. No.

viernes, 16 de marzo de 2007

adentro

No soy yo un forofo del fútbol ni mucho menos, lo que tampoco quiere decir que no lo soporte o que me muestre totalmente en contra o que no sepa quién es Ronaldinho o que es la Chapions League. No me encanta el fútbol como ya digo pero hoy he leido que en un partido, el que jugaba el Sevilla ayer por la noche, el portero subió a rematar un córner (que por cierto, que raro queda asi escrito con acento) y consiguió marcar, lo que permitió a su equipo jugar un prórroga que posteriormente ganaron.

El tío lo ha logrado. Ha cumplido su sueño. En plan anuncio de coca cola pero de verdad. Lo imagino allí viendo el balón avanzando, el miedo a cagarla. Meter la cabeza. cerrar los ojos. El impacto. Gol. Los gritos del estadio. Lo lograste. Cumpliste tu sueño. Gol. Todos te abrazan. Victoria. Eres el heroe. Lo lograste. Eres el elegido.
Todos los porteros del mundo (imagino que también los que no se dedican al fútbol) han soñado con ese momento... y Palop, que así se llama el individuo, lo ha logrado.

Que lo disfrute, pienso yo. Y los demas, a cumplir los nuestros. Si nos dejan. Adentro

mierda

Se me escapa de las manos. Busco la composicíon adecuada pero no termino de hallarla.
Las líneas se muestran esquivas y no consigo la armonía que busco. Casi puedo tocarla con la punta de los dedos pero al final, al final no consigo retenerla. La idea existe, la tengo clara en mi cabeza. Pero no puedo alcanzarla.
Es frustrante no obtener ningún resultado, o al menos, ninguno visible. Me siento inútil, aunque sé que no lo soy. Y eso es algo a tener en cuenta.
Necesito gritar... pero es demasiado tarde.

martes, 13 de marzo de 2007

demasiado agresiva

No había sido un buen día. Mi jefe decidió que tenía que quedarme a acabar con un montón de mierda atrasada que ni siquiera me correspondía hacer a mí. Intenté hacerle ver con mucho cuidado lo injusto de la situación, pero a él pareció no importarle lo más mínimo -No me vengas con gilipolleces -me dijo- Eso tiene que estar acabado para mañana y tú eres el único que está aquí a estas horas, asi que: Lo haces tú.
Ante aquello no había nada que objetar. Tendría que ponerme con el papeleo.
Tras tres horas infernales conseguí convertir el montón de folios en datos productivos para la empresa con lo que pude por fin irme a casa. Llovía a mares, pero ya me daba igual y aunque yo nunca uso paraguas, ese día no era la excepción, decidí no esperar y empecé a correr hacia el metro. Mientras esquivaba los charcos más grandes intentaba recordar el resultado de un experimento que habían hecho dos colgados para ver como te mojabas menos bajo la lluvia: ¿Corriendo o andando? pero nada, mi mente estaba en blanco así que opte por andar todo lo rápido que podía sin que llegase a ser peligroso en aquellas condiciones: fuese como fuese, mientras más rápido andase, más rápido llegaría a casa.
Por fín, empapado, llegué a la boca del suburbano. En esa situacíon, hasta la terrible luz del vestíbulo de la estación me parecía acogedora. Bajé los escalones que conducen a la taquilla y a los tornos de entrada, a la vez que sacudía un poco mi ropa mojada y me quitaba el pelo de la cara. Sonó el móvil. Un mensaje:
"Ya lo he pensado. Creo que lo mejor es dejarlo como está. Lo siento"
Mierda. En el fondo esperaba esto, lo sabía, sabía que una vez más las cosas no iban a funcionar, incluso después de lo del otro día... pero no podía evitar sentirme fatal una vez más. Andé como un autómata hasta un banco del andén y me senté a esperar. En la pantalla se podía leer: "12 min".

Bien, hasta aquí, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. De nuevo quería dramatizar un poco el comienzo, y aunque se me ocurren cosas mucho peores para acabar un día, creo que tampoco hay que pasarse.
Volvía a casa de noche, al igual que haré hoy, en metro. A las 12 de la mañana de un martes cualquiera no hay practicamente nadie y el silencio sólo lo rompen las máquinas. Bueno, las máquinas y las televisiones. Y es sobre esto es de lo que quería hablar.
Los que no vivan aquí o no hayan cogido el metro en tres años no sabrán que en practicamente todas las estaciones de metro se han puesto unas pantallas en las que, con la excusa de informar sobre actualidad y las cosas que pasan en madrid, nos fríen a publicidad a todas horas. La idea en sí, ya me parece fatal, porque a veces , la sensación de no poder escapar de los anuncios es abrumadora... Pero bueno, las imagenes están ahí, las obras hay que pagarlas, y puedes decidir si las miras o no.
Pero lo realmente terrible es el sonido, porque de eso sí que no se puede escapar.
Es imposible, llegas al andén, y por encima del ruido, de las conversaciones, a cualquier hora, están esas voces martilleando el cerebro de la pobre gente que no puede hacer otra cosa que aguantarse, porque coger el metro es algo obligado para millones de personas cada día.
Ahora bien, ¿He dicho que no se puede hacer nada para evitarlo? Vale, si que se puede. La solución es llevar música a todo trapo en tu mp3, discman o lo que uses para escucharla. Sólo así puedes esquivar la contaminación acústica. Sólo así te puedes librar del último hit de Paulina Rubio, Bisbal, o el inútil que toque ese día.
Pero si no te gusta ir oyendo música, o simplemente no te apetece en ese momento, no tienes forma de escapar. Lo que me hace incluso preguntarme si obligar a la gente a ser bombardeada con anuncios es, o no, legal

Y volviendo al comienzo, cuando es de noche y no hay nadie en el andén, el volumen, que no cambia, se hace insoportable. El día que se me ocurrió escribir esto, pensé en lo desagradable que es encontrarte a esas horas con una terrible voz metálica y con eco diciéndote que compres tal o cual cosa. Y pensé, joder. Imagina que has tenido un día horrible y estas 12 minutos esperando el metro. Que mierda, tener encima que aguantar esto...

Publicidad demasiado agresiva.

lunes, 12 de marzo de 2007

diez días

Diez días dan para mucho. En ellos te puedes enfadar, se pueden enfadar contigo y también ver como se enfadan los demás. Puedes quedarte en medio de una pelea y que las botellas pasen volando sobre tu cabeza. En diez días puedes sentirte ausente, harto y aburrido. También muy agobiado y sin tiempo para casi nada. Puedes cagarla al no afrontar ciertas cosas. Da tiempo a que se cumplan ciertos aniversarios. Y entre ellos algunos que traen recuerdos que preferirías enterrar para siempre. Recuerdas la rabia... Mejor olvidar. Pero no todo es malo porque puede que entre esos aniversarios esté el de tu nacimiento y tus amigos y amigas te hagan una tarta de chocolate y te regalen un cómic chulísimo y una cartera como la de Jules Winnfield (BAD MOTHERFUCKER) y que dentro de ella te encuentres una entrada del festimad para ver a PEARL JAM. Y puedes irte a cenar a un sitio caro y no tener que pagar la cuenta.
Se pueden hacer muchas cosas en diez días. Como montar un segundo y un tercer proyecto musical(algunos más serios, otros menos) además de ir preparando un segundo acústico en condiciones. Puedes acabar con contracturas en todo tu cuerpo.
Te puedes sentir triste sin motivos, y llegar a odiar a Macromedia hasta límites insospechados. En diez días, quizás intenté ligar contigo alguien que te saca una cabeza y media, o tal vez no dejes de fantasear con alguien. Puedes reirte mucho y es difícil, sin embargo, que llegues a llorar. Te puedes acabar un libro y empezar con otro. Puedes llamar a alguien bocazas y luego pensar que a lo mejor se molesta contigo si lo haces (aunque esperas y piensas que no habrá pasado). Te puedes ver obligado a hacer ciertas cosas que no te apetecen, con gente que no te apetece...
Puedes perderte un buen concierto y el final de una buena aventura con batalla incluida...
Muchas cosas, sí. Y muchas más que se me olvidan.

viernes, 2 de marzo de 2007

get some rock and roll

Ya es viernes. ¡A disfrutar!

miércoles, 28 de febrero de 2007

monos

En muchas ocasiones se reniega de lo feo. Hay muchas personas que se sientan a ver una película y no les apetece ver cosas desagradables. A mi me gusta cuando veo o leo o escucho algo que hace que se me revuelva el estómago, algo que me desasosiega, que me aturde. Pienso que la esencia del arte y de la creatividad es la capacidad para provocar una reacción en los que lo contemplan. Sea esta del tipo que sea. Escribo esto porque me he encontrado una página escrita que me parece increible pero que a la vez creo que podría no ser agradable para muchas personas. Ahí va:
...Lo cierto es que su página web favorita no era especialmente sexy, al menos, no para él. En ella uno encontraba simplemente una docena de fotografías de un tío regordete vestido de tarzán con un orangután aturdido y entrenado para ir metiendo algo que parecian cacahuetes tostados por el culo del tío.
El tío tenía el taparrabos de piel de leopardo apartado a un lado y la goma elástica de la cintura hundida bajo los michelines.
El mono estaba agachado, con el siguiente cacahuete a punto.
No tenía nada de sexy. Y, sin embargo, el contador mostraba que más de medio millón de personas habían visitado la página.
"Peregrinaje" no es la palabra adecuada, pero es la primera que viene a la mente.
El mono y los cacahuetes eran algo que el niño no podía entender, pero en cierta forma admiraba a aquel tío. El niño era estúpido, pero se daba cuenta de que aquello era algo que se le escapaba. La verdad era que la mayoría de la gente ni siquiera se atreverían a dejar que un mono les viera desnudos. Les aterraría el aspecto que pudiera tener su ojete, que pudiera tener un aspecto demasiado rojo o acolchado. La mayor parte de la gente no tendría agallas para agacharse delante de un mono, mucho menos de un mono y una cámara y varios focos. Y en caso de hacerlo, primero tendrían que hacer un trillón de abdominales, ir a una cabina de bronceado y cortarse el pelo. Después pasarían horas agachados delante de un espejo intentando encontrar su mejor perfil. Y luego, por mucho que no fueran más que cacahuetes, uno tendría que permanecer relajado.
La mera idea de hacer audiciones con monos era aterradora, la posibilidad de ser rechazado por un mono tras otro.
Seguro que puedes pagar bastante dinero a una persona para que te meta cosas dentro o te haga fotos. Pero un mono. Un mono siempre es sincero



martes, 27 de febrero de 2007

el que la sigue, la consigue

Acabo de escribir un post y acabo de perderlo entero. Me dan ganas de tirar el ordenador por la ventana y prender fuego a todos los servidores de blogger que haya en el mundo.Pero me voy a tener que conformar con escribirlo de nuevo. Me gustaría que quedase parecido así que voy a intentar plagiar todo aquello que acabo de escribir. Plagiarme a mí mismo. Ahí voy.

Hoy, por fin, tengo un poco de paz en casa. Escribo.
Tenía pensado quejarme un poco más. Hablar sobre un par de cosas que me joden cada vez que las veo y que, de verdad hacen que me hierva la sangre. Pero esta mañana algo me ha quitado las ganas.

Andaba buscando un lugar. Tenía que ir a dos sitios que estaban cercanos en el espacio y muy lejanos en el tiempo. En ese momento me encontraba, temporalmente, después del primer evento y ocupaba un espacio practicamente paralelo a gran vía. Necesitaba encontrar el lugar apropiado donde poder conjugar estas tres cosas:

  1. Tiempo que gastar
  2. Hambre
  3. Un libro
Pero no daba con el lugar idóneo, todos los que encontraba podrían pasar sin apuros por el "bar Paco" o el "bar Manolo" con sus sillas, sus mesas, y su televisión con Ana Rosa Quintana o alguna otra de esas a todo volumen. El "bar Paco" para cerveza y tortillita es perfecto, pero yo quería desayunar tranquilo y leer un rato... por lo que continuaba la búsqueda.
Mis pasos se perdían por calles estrechas y tiendas de comics con varios sables de luz en el escaparate (Pienso en si es preocupante conocer a varias personas a las que poseer uno de esos les paracería una idea increible) Me estoy empezando a cansar y mi estómago ruge (el lado oscuro de la fuerza, me imagino) así que me digo a mí mismo: "Ya estoy harto, no puedes estar media hora buscando un sitio. En el siguiente que te encuentres, sea como sea, te paras". Dicho y hecho, a los pocos metros aparece el cartel con la marca de cerveza correspondiente. Camino hacia allí y, logicamente, no entro. Ya me conozco y eso no da resultado nunca. Además, este bar en concreto tiene una pinta de guarro que echa para atrás.
Así que sigo y sigo y sigo... Y comienzo a estar cabreado conmigo mismo por haber dejado pasar hace un rato un par de opciones que en el fondo podrían no haber estado del todo mal. Empiezo a estar harto de verdad de andar. Dentro de poco me daré por vencido y elegiré cualquier lugar, me rendiré. Mierda. Bueno, un ultimo intento. Pruebo esta calle y ya elijo el que sea. Ha llegado el final. Comienzo a subir y de repente, me giro a la derecha. Por la ventana se ven mesas y sillas, y no son las típicas. De hecho dudo que sea una cafetería, pero en la puerta pone "café".
¿Lo habré encontrado? Entro. La música está muy bien, la decoración me gusta y es muy tranquilo. Sólo falta que tengan comida porque tengo mucho, mucho hambre. Me acerco a la barra donde una chica y una fuente de cruasanes y donuts me dan los buenos días. Ummm, paso de los cruasanes, no tienen muy buena pinta, pero los donuts me gustan. Pasa la prueba.
Hola. Un café con leche y un donut.
Ella me mira mal. Guarda silencio y me suelta:
"No prefieres una tostada con tomate y aceite de oliva que hacemos nosotros"
Yo no puedo creer lo que estoy oyendo. Estoy tentado de decirle que ella y su bar son el lugar que llevo media mañana buscando. Que su bar es el sitio que hubiese elegido entre un millón más de sitios... pero dejo dentro mi emoción. "Me convences" es lo que contesto.
Por si fuera poco es encantadora, me dice que me siente, que ella me lo lleva y me ofrece un periódico para acabar la frase llamándome precioso (¡¡En un claro ejercicio de cortesía!!)
La música es perfecta, la mesa y la silla son perfectas, el libro es perfecto, el café es bastante bueno y las tostadas... bueno, las tostadas son... increibles. Buenísimas. El tiempo vuela.
Pago, y me voy de allí feliz. Me fijo en el nombre del café para olvidarlo a los dos minutos y continúo con mi camino. Aun me queda media hora tonta por delante, pero esta sí que sé como emplearla. Aunque esa es ya otra historia. Llena de nostalgia, entrañable... pero otra historia...

Nota: No, creo que no es preocupante conocer a unos cuantos que querrían tener un sable de luz. O eso espero...

domingo, 25 de febrero de 2007

invasión III

Una, dos, tres, cuatro, y hasta cinco mujeres tengo en mi casa. Esto puede ser considerado, sin duda, como una invasión. Pero no, no es que haya encontrado sentido a mi vida en la poligamia ni nada por el estilo. Son todas parte de mi familia... Mi madre, mi tía, mi prima y otra prima más, además de una de sus amigas. El resultado: Un caos. Yo, acostumbrado a la tranquilidad, me encuentro de repente con esta cantidad extra de gente entre la que están las dos pequeñas, de 15 años así que, bueno, llevó un par de días de desorden general (Omito el desorden de la casa porque yo para eso soy muy desastre, así que no me importa demasiado).
Hoy, por la mañana, se han ido todas (aunque volverán, porque esto durará hasta el miércoles) así que aprovecho para sentarme un rato delante del ordenador tranquilamente.

Voy a quejarme.
Ayer, celebramos que uno de nosotros ha sido papá. Es, de nosotros, el primero y, claro había que celebrarlo a lo grande (Voy a dejar la reflexión sobre lo que significa que uno de tus colegas tenga ya un bebé para otro día). Así que montamos una cena de puta madre y un par de sorpresas maravillosas para él. Todo iba genial hasta que tras salir del mesón, armándola un poco, se nos acercaron cuatro "agentes de la ley". Aunque mejor debería decir cuatro hijos de puta bastardos con ganas de joder.
Con la soberbia y la prepotencia que sólo un policía local puede llegar a desarrollar registraron a unos cuantos y, claro, encontraron lo que estaban buscando, unos cuantos porros.
La queja no es por el hecho de que te paren, registren y multen. Puedo entender que es su trabajo, que el hachís es ilegal y que las obras de la M-30, Gallardón tiene que financiarlas con todos lo métodos a su alcance. Lo que realmente me molesta es su actitud.
Dos tío registrándonos como si fuésemos terroristas, otros dos vigilándonos con caras de tío duro, las luces de los coches, parados en mitad de la calle, encendidas...Cuando ellos saben que somos del barrio y que somos buena gente, porque nos ven a diario en los parques y en las calles, porque saben que ya no somos unos niñatos borrachos que vamos a ir por ahí a liarla y a molestar... ME JODE (así con mayúsculas) su actitud, que nos traten como basura cuando muchos de nosotros ya pagan sus salarios con los impuestos.. Al final sólo cayó una multa para el que tuvo peor suerte, pero la mala leche, el sentimiento de impotencia... Eso nos lo llevamos todos.
Pero bueno, tampoco íbamos a dejar que eso nos estropease el resto de la noche. Nos fuimos a un bar hasta las tres y media que llegó el minibus que teníamos alquilado y que iba a llevarnos a terminar la fiesta a una casa rural. El homenageado flipó cuando al salir del Barracudas vio el autobús y se subió sin tener ni puta idea de a donde iba...
Yo, por causas que no vienen al caso, no pude ir pero seguro que ha sido una fiesta de las que no se olvidan.

Pd: La invasión, aunque caótica, al final es divertida!!

viernes, 23 de febrero de 2007

invasión II

Pedimos café, y Marta, también tarta de queso. -Está buenísima -me dijo-. La hacen aquí a diario, no como en la mayoría de los sitios, que sabe a plástico y se nota que la compran ya hecha vete tu a saber dónde... Pruébala, ya verás.
-No, de verdad -le dije yo-. Es que no sé lo que me pasa pero tengo el estómago revuelto.
-Tú te lo pierdes, contestó sin mirarme, absorta como estaba en la comida.
Mientras, no podía dejar de pensar en lo que tenía que hacer. Claro que sabía lo que me pasaba. Tenía que decírselo, pero no era tan fácil... no lo era.
-¿Te pasa algo? Sus palabras me devolvieron a la mesa.
-Eh... eh... No, no, estoy perfectamente, es sólo que... -No era capaz de comenzar la frase- No, nada, no te preocupes estoy bien. Me sudaban las manos y daba golpecitos en la mesa con los dedos; no podía evitarlo. Pude ver en sus ojos una mezcla de curiosidad e indiferencia. Me jodió. La verdad es que me jodía siempre que me trataba así; como si fuese algo prescindible, como un juguete. Mierda. Pero esa actitud creo que fue la que me dio el valor que necesitaba. Sin volver a pensármelo me levante, la miré fijamente y por fin me atreví.
-Marta, escucháme-. Lo que me pasa es que... Ring-Ring Ring-Ring
-Uy, espera, me llaman al movil. ¿Sí? Dime...
No podía creerlo, sin ni siquiera inmutarse metió la mano en el bolso, descolgó y empezó a hablar con alguien en un tono muy alto. No se había dado cuenta de mis nervios, no había visto el horror que había en mi rostro al levantarme. Me miraba, pero no me veía.
Yo oía su voz distorsionada y distante mientras seguía dando voces por el teléfono, como si no estuviese realmente allí... Y al minuto, colgó.
Comenzó a hablarme de no se qué problema que había habido en el estudio con un cliente y que teníamos que volver cagando leches. Se había levantado y puesto el abrigo a toda prisa obligándome a mí a hacer lo mismo. No paraba de hablar, tan rápido que no podía entenderla mientras andábamos, casi corríamos hacia la boca del metro. Chueca. Yo no la escuchaba, en ese momento, sólo la odiaba. Llegué a pensar que debería estar muerta, que alguien tan insensible no merecía tener todo lo que ella tenía...Y cuando comenzábamos a bajar las escaleras. Pasó. Un tío enorme se abalanzo bestialmente sobre ella mordiéndole salvajemente la mejilla. Ahogué un grito cuando la tiró al suelo ayudado por otro hombre y una mujer. Marta chillaba. El tipo levanto la cabeza con un trozo de carne sanguinolento aun colgando de su boca. Me miró, pero sus ojos estaban vacíos. Marta chillaba. Yo no podía creer lo que estaba viendo... No tenía sentido... Eran... ¡Zombies! Eché a correr.

Bueno, disculpadme por la introducción pero no he podido evitarlo. Quería hablar de zombies y se me ocurrió esta tontería que tiene, al menos una parte real ya que hace unos días Chueca fue tomada por zombies. Sí, por zombies porque ese día se celebraba su día:

El Día del Orgullo Zombie.

La cosa, como casi todas las de este tipo ya se le ocurrió antes a un yanki, pero a mí me ha parecido una idea maravillosa.
La cosa consiste en quedar un día disfrazado de zombie y pasear por las calles como un enjambre de muertos vivientes haciendo el imbécil (bueno... haciendo el zombie, quería decir). La idea surge en un foro de una web de roleros, al final la iniciativa cuaja y un grupo de colgados, frikis o como se les quiera llamar se organizan, piden los permisos necesarios al ayuntamiento y ya está. Ya tenemos un nuevo colectivo con su día oficial en el calendario y ese día no es otro que el de la fecha de nacimiento de George A. Romero, padre de las pelis de zombies. "la noche de los muertos vivientes", "el amanecer de los muertos" son obras suyas. Esta última es, además una crítica "brutal y sangrienta" al consumismo.
Yo, me he enterado tarde, cuando ya había sido y me he quedado con las ganas de disfrazarme e irme por ahí a aterrorizar a niños y ancianas. ¡Mierda! Pero los organizadores están contentos con la participación (realmente cuatro gatos, o cuatro zombies mejor dicho) y piensan repertir el año que viene, el mismo día.

Aquí dejo el enlazados un par de videos. Uno de los zombies en acción llegando a la plaza de Chueca y otro de un estudio de efectos especiales y maquillaje (LKM) que se sumó a la iniciativa (De hecho si te pasabas por allí por la mañana te ayudaban a maquillarte) en el que se ve el proceso por el cual un tipo normal se convierte en todo un hijo de los muertos.

sombra aquí, sombra allí
en Chueca

¡A morir, que son dos días!

jueves, 22 de febrero de 2007

plagio a la vuelta de la esquina

Ayer por la tarde bajaba por la calle Cartajena pensando en parar en unos chinos a comprar unos donetes cuando vi una pastelería a mi izquierda con la puerta abierta. Tenía un poco de prisa y dudé. Paré, fui a entrar, luego pensé que mejor no y al final me decidí.
Elegí pastel de manzana. Me cobraron un euro y medio y me pareció carísimo, pero claro hace mucho que no como pasteles de manzana. Luego le pedí "un par" de servilletas a la chica que me atendía y ella, diligente, me dio "dos" servilletas... Yo la miré y le di las gracias como diciendo "ya te vale", pero creo que no lo cogió o que, directamente pasó de mí.
Cuando salí a la calle con mi pastel y mis prisas me vino a la cabeza este post de cierta persona, porque soy un patán para esas cosas y acabo pringado la mitad de las veces. Pero, afortunadamente, todo fue rodado. El euro y medio fue una inversión maravillosa. El pastel estaba increible, sin duda uno de mejores que he comido nunca y no me manché en absoluto, de hecho hasta me sobró una de las servilletas, lo que me lleva a penar que quizás la chica fuese una visionaria... Aunque... en el fondo, lo dudo.
Mientras lo comía pensaba que lo iba a contar en el blog a modo he plagio/homenaje.

Pero se acabó, como todo lo bueno y al doblar la esquina estuve a punto de chocar con otra persona que venía de frente, doblándola por su lado. Ultimamente eso me ocurre muy a menudo y no estoy seguro de que antes me pasase con tanta frecuencia... O si me pasaba, no era consciente. También me pregunto si es que en esta ciudad vamos tan rápido que si no tenemos cuidado estamos condenados todos a chocarnos. No sé...
De cualquier forma no deja de resultarme curioso que esto se haya convertido en algo que me ocurre a diario, porque mi camino cada mañana hacia el metro me lleva por una calle que es paralela a la Castellana y por ahí baja mucha gente andando muy rápido por lo que cada vez que llego a la esquina que las une, reduzco el paso y casi miro como si fuese un semáforo...

Al final no puedo evitar pensar en la metáfora. Cuidado con las esquinas. No puedes ver lo que se esconde detrás de ellas.

miércoles, 21 de febrero de 2007

más allá de la mera anécdota

Hace ya unas semanas leí la historia de una mujer de 28 años, madre de tres niños que murío tras un concurso de radio que consistía en beber tanta agua como fuese posible sin ir al baño. El ganador del concurso se llevaba unaNintendo Wii. (Si quieres leer más, pincha aquí)
Como todas estas cosas, se olvidan al día siguiente después de haberlas comentado, y de haber hecho un par de coñas macabras. Pero a mí, no sé, esta me ha impactado de forma especial porque creo que tiene tintes absolutamente dramáticos y que refleja la sociedad enferma en la que vivimos.
No sé si la mamá no tendría los más o menos 300$ que cuesta la consola y decidió participar en el concurso para hacer felices a sus hijos que, seguramente, desearían el aparatito en cuestión más que cualquier otra cosa. Por otro lado, parece ser que en una de las pausas de la grabación, la mujer dijo que sentía mal y, en vez de parar y ver como estaba, la animaron a seguir (the show must go on).
El caso es que en el intento ha dejado a tres niños huérfanos. Una pérdida irreparable para ellos... Y todo, por una jodida consola de videojuegos...

Parece que ahora, la lucha a muerte, es por poder tener todo lo que nos ofrece la publicidad. Tener y tener y tener para ser feliz, aunque, como digo, te dejes la vida en ello. Algo falla.

Y para colmo, quedó segunda.

martes, 20 de febrero de 2007

compartir (o no)

No puedo dejar de escuchar la canción que he dejado colgada un poco más abajo. Encontrar el video no ha ayudado demasiado y lo veo de forma compulsiva una y otra vez.
Si hubiese tenido que poner una cara, un cuerpo, una actitud a ambos, no habría elegido nada distinto de lo que ahí se ve
La canción crece y yo voy el metro escuchándola todo lo alto que mi reproductor me lo permite. Me transmite su fuerza y me dan ganas de saltar, estirar los brazos y desgañitarme con ellos allí mismo. Me contengo, no así en casa. Mis vecinos deben estar hartos pero me da igual. No lo puedo evitar.
Muchas veces me pasa, y a veces me encantaría poder compartir con todo el mundo momentos ínfimos como cuando en el video ella vocaliza sin cantar una última frase antes de, con dos pasos suaves, casi volando, adelantarse hasta el micro para hacer un coro que me pone la piel de gallina. Son tan sólo siete segundos. Los veo una y otra vez...
A veces me gustaría poder enseñarselos a los demas y decirles. Estos son los siete segundos más increibles que he visto en mucho tiempo ¡¡Siéntelo conmigo. ¿No es increible?!!. Aunque otras me alegro de que eso se quede entre Hellen, Damien y yo, aunque ellos no séan conscientes. De todos modos, desde aquí, les doy las gracias.

una historia corta

Me salen, de vez en cuando, relatos muy cortitos. Pequeñas historias con principio y final. Hace no mucho algunas estaban pululando por la red. Hoy, me apetece rescatar una que lamentablemente sufrío los efectos de una crisis destructiva. Es además una pequeña dedicatoria a la señora que tuvo a bien traerme a este mundo. Le encanta, y me pide que se lo imprima para enseñarle a sus amigas las cosas que escribe su hijo ¡¡Lo que hace el amor incondicional!! Besitos para mamá y con toda mi modestia, una historia corta.

Basado en una historia real

Entré en la habitación. Me deslumbró la luz. Ella estaba allí.
Hola pequeña, ¿que haces tú por aqui? Lo pensé pero las palabras no salieron de mis labios. Simplemente me dediqué a hacer lo que había ido a hacer, dándole la espalda. Tras acabar, me giré. Ella corría de un lado para otro de la habitación. Histérica.
Estás asustada ¿verdad? Lo pensé pero las palabras no salieron de mis labios. Seguía dandovueltas como una loca. Yo ahora, simplemente la observaba, absorto, en cierto modo fascinado ante su pánico, incapaz de hacer otra cosa que no fuese correr y correr en absurdos círculos.
Pobrecita... Lo pensé pero las palabras no salieron de mis labios.
Aunque, ¡Un momento!, de repente el movimiento dejó de ser aleatorio para concentrase en unatrayectoria concreta. Se estaba dirigiendo hacia algún sitio en especial, cada vez más deprisa. Seguramente sería su escondite. Su camino le llevaba en dirección a la puerta. Sí, estaba claro, se dirigía hacia la puerta, no hacia la salida si no hacia la vieja puerta de madera algo agrietada ya por la humedad. Y allí, entre el suelo y ésta metió su cabecita y una pequeña parte de su cuerpo y se quedo inmóvil... muy quieta. No podía dejar de mirarla, tan quieta. Seguro que ya se sentía a salvo. Sonreí al ver su culo gordo absolutamente expuesto a mi voluntad deidífica, bote de insecticida en ristre a modo de cetro sagrado. Pero, ¿realmente quería destruirla? No, decidí que no iba a liquidarla. Le perdonaría la vida. El numerito que montó bien valía un día más de su (¿estéril?) existencia cucarachil.
Volví a la cama. Ya había meado y me encontraba mucho más a gusto.

lunes, 19 de febrero de 2007

post en cadena (con Bardem)

A través del blog de María, llego al de Honey, leo su post y comienzo un comentario que se empieza a alargar tanto como para escribir otro post. Así que decido hacerlo. Me gusta la idea porque yo no habría contado lo que voy a escribir a continuación de no haber tenido un precursor, como una especie de detonante... post genera post. Hay va:

Yo estaba en Zaragoza después de un concierto (Bueno, mejor dicho, después de uno de los mejores conciertos a los que he ido) con dos colegas y un litro de cerveza. Paré un segundo a atarme los cordones y al levantar la vista veo a un maromo avasallando a mis amigos. Aligero, por si acaso, y cual es mi sorpresa cuando ante mí tengo al señor Bardém con un pedo de no tenerse en pie diciéndome algo así como: "Eh tío, ¿quieres patatas?" Miro a mis colegas como diciendo.. Este tío es Javier Bardém, ¿No? Ellos asienten con la cabeza con la misma cara de flipados que yo.
Nos vio con cerveza y vino a intercambiar con nosotros sus patatas.
El tío va pero pedísimo y casi no puede ni hablar y está encabronado porque ha estado en el mismo concierto que nosotros pero no han tocado el tema que el quería...
Para que la cosa tuviese aun mas miga estaba por otro lado una parejita que insistía en hacerse una foto con él. "Venga Javier, hazte una foto conmigo". La que hablaba era la chica y su novio le decia: "Venga Javier, hazte una foto con ella" Y él respondía cosas como: "Me queréis dejar de una puta vez en paz. Idos a tomar por culo". La gente que pasaba a nuestro alrededor flipaba con el show. La pareja en cuestion seguía allí, impasible, mientras él nos decía a voces burradas en plan"Los dos pesados estos no se enteran de que no me voy a hacer la foto, llevan media hora dándome por culo". Y allí que seguían sin inmutarse... Hasta que en un momento dado, ella ataca de nuevo con un:"Javier, si no te cuesta nada". En ese momento el tío ya estalla y le suelta todo a voces: "Qué no me cuesta nada, ¿Tú sabes lo que cobro yo por una puta foto? Más de lo que vas a ganar tú en tu puta vida" En ese momento la chica asimila que no hay nada que hacer y se larga... Bardém nos cuenta que está hasta la polla de la gente que no sabe ver cuando no es el momento de hacerse fotos, que va pedísimo y que no le dejan en paz... y que esto es una mierda y que no puedes salir por ahi y follarte una tia porque claro luego va y lo cuenta por ahí...
Cuando empezó a sacar su ego yo me puse a bacilarle diciéndole que la cosa era quejarse y que claro, que él por lo menos, folla cuando quiere y noseque y nosecuantos... Y teniendo en cuenta que él es enorme y yo no soy Sabonis la situación era de coña porque yo le metía caña y él se ponía serio y decía "Joder tío, tienes razón, tienes razón"...
La cosa no dio mucho más de sí. Al momento lo localizaron y se piró con su pedo a otra parte después de agradecernos la cerveza.
Nosotros estuvimos el resto de la noche comentando la jugada sin terminar de creérnoslo.

Una última cosa: Puede parecer que es un borde por como he contado que habló a la parejita pero, sin duda: ¡se lo merecían!

domingo, 18 de febrero de 2007

inesperado

No estaba entre mis planes de ayer y hacía mucho que no me pasaba.
En un punto de la noche conocí a una persona que ha conseguido alojarse en mi cabeza durante gran parte de este día.
De repente, en un lugar inesperado hay alguien que por alguna razón está en plena sinonía contigo. Más allá de la atracción física (dejemos las hormonas a un lado) se establece un vínculo, poderoso, fuerte, intangible pero presente...
Escribo esto porque me ha sorprendido acordarme de ella tantas veces hoy. Y no, no hablo de amor ni nada por el estilo. Lo que me fascina es esa predisposición hacia la otra persona, como si estuviésemos programados en cierto modo, a la espera, tan solo, del momento de cruzarnos.
No estaba entre mis planes, ni lo va a estar, pero ha sido grato encontrarla.

Me ha pasado igual con esta canción (sólo he conseguido el video, en directo). También casi sin querer la he entrado hace unos dias y escondida, después de una voz suave, se encuetra la parte que me ha hecho sentir eso mismo de lo que hablaba antes... Sintonía.
Asi que si te apetece darle al play, ¡aguanta un par de minutos!

sábado, 17 de febrero de 2007

genética

Hay comportamientos regidos por los genes. Eso ya es algo que nadie duda, si bien muchas veces he charlado con gente, normalmente "de letras" que dice que bueno, sí, que lo de los genes está muy bien pero que el entorno influye muchísimo y que el aprendizaje es aun más importante... Conversaciones que normalmente no llegan a ninguna parte, entre otras cosas, porque en el fondo, ni yo soy genetista, ni nadie de entre mis conocidos es antropólogo o antropóloga y claro pues todos tiramos de nuestra cultura general y algún que otro documental o artículo leido en la revista o periódico que sea como fuente para elaborar nuestras sesudas teorías y así, es imposible. Pero... porque hay un pero, ciertas cosas son irrefutables, y una de ellas es que tanto unos cuantos amigos y amigas mios como yo tenemos hiperdesarrollado un gen que nos permite pasar 12 y muchas más horas seguidas jugando al tute, a la pocha, a la canasta, al risk, al monopoli o al juego que haga falta...
Quiso el azar que nos juntásemos todos en la Universidad Autonóma de madrid. Concretamente, en la facultad de ciencias y afinando aun más: frente al C-XVI. Es con esta gente, donde he podido ver que lo del gen es un hecho.
Salgo de clase por la mañana y Natxo está en las mesas, me pido un café y empezamos un chinchón. Mientras hablamos, jugamos (e inventamos cancioncitas estupídas). Al rato aparece Emilio. Un tute cabrón ¿no? (Seguimos con la canción y a Emilio le parece perfecta. Hace coros) Cambia el juego, pero sigue la historia. Y después Antón o Mery o Alberto o Victor. Ya somos cuatro. Tute. Non Stop. Y así iba pasando el día. Entre clases y unos que llegaban y otros que se iban y, bueno, algunas veces demasiada pérdida de tiempo... Pero lo nuestro era vocacional. No nos cansábamos nunca y lo más importante: No era un pretexto para perder el tiempo; era el fin, y la pérdida, una consecuencia inevitable. (La canción ha sido todo un exito. El hit de la semana)
Y ese gen era el mismo que hacía que cuando acabase el día terminásemos en el andén del cercanías dejando pasar trenes y trenes entre risas y concursos de lanzar aviones de papel o cualquier otra estupidez. (El record absuluto en lo de los aviones lo tiene Sergio que consiguó colocar su avión en el techo del tren y luego el tren se piró si que se cayese. Así que llegó más lejos que cualquier otro. Seguro) Esto de los trenes era algo que sorprendía a la gente que no nos conocía bien. ¿Pero os quedáis aquí con el frío que hace? nos decían. Sí, nos lo pasabamos genial. Con una muleta, que yo lleve unos meses que anduve lisiado, mochilas y una pelotita jugabamos al minigolf... En fin, que para eso hace falta predisposición genética. Vamos, ¡yo no lo dudo!
Y esto es sólo una pequeña muestra, porque tenemos frikeces por ahí que pueden llegar a asustar, pero no quiero aburrir a nadie contando demasiadas batallitas.

Desde que he empezado a escribir esto he comenzado a añorar esos días que nunca más van a volver. Al menos, no así. (La univesidad, acabó) Y es curioso que, sin que haya pasado mucho tiempo desde entonces, ya los vea remotos, como pertenecientes a otra vida diferente. Pero bueno, si lo escribo es porque hoy hemos quedado en casa de Antón para pasar una noche de cartas y juegos. Estoy contento, y a la vez, triste...

Apunte: El gen del que he hablado pertenece al mismo tipo que hace que muchos en mi familia materna digan "a la izquierda" con la mano señalando hacia la derecha. De eso, también estoy seguro.

viernes, 16 de febrero de 2007

a tortas

No sé cuantas horas he dedicado a pegarme con este blog intentando cambiar la apariencia hasta lograr algo que, para empezar, no me disgustase. Cosa que aun no he conseguido. (Grgrgr)
Pero bueno, ya iré mejorandolo según vaya teniendo tiempo y ganas.
Por ahora y ya harto de estar sentado delante de la pantalla, de nuevo saludos desde mi nueva y definitiva ubicación.

la invasión

Camino por la calle, desde Callao hacia Sol. Ya puedo distinguirlos, dispersos entre la multitud con sus distintivos de colores, carpetas y bolis. Allá voy.

Cuando me cruzo con ellos miro hacia otro lado, me hago el despistado como si la cosa no fuera conmigo, pero son tantos… No se si podré escabullirme. La música retumba en mis oídos, la pongo tan alto como puedo en un intento de alejarme de la realidad y comiezo a avanzar. La cosa marcha, mi actitud parece hacer mella en aquellos que no acechan ya a otra victima inocente y se mantienen alejados ante mi indiferencia. Continúo. Sí, parece que funciona. Ya veo a lo lejos al oso (también el madroño) Voy a salir indemne de esta. Ya está ahí, Sol, mi salvación… Cuando de repente la vi acercarse. Estoy perdido. Dando saltitos, como la que no quiere la cosa, se coloca delante de mí. Es mona. Sonríe y lo suelta. No he podido escapar. “Perdona tienes un segundito”. La liamos.

Es bajita, con una cinta morada en su pelo corto y rizado. Yo, por eso de la educación me paro y meto mi mano el el bolsillo para apagar el mp3 y poder escucharla. Al verme, me dice que no me preocupe, que no me va a quitar nada. Me callo un “eso está claro” y le indico lo que estaba haciendo. Más sonrisas y de nuevo a la carga. “Mira somos de Greenpeace y”… La corto enseguida. Le digo que no me interesa. De verdad que no. Muy serio, para que vea que no tiene nada que hacer conmigo. Ella me obsequia con su mejor sonrisa a la vez que pone ojitos para ver si consigué así retenerme… pero no, me mantengo firme y soy yo ahora el que sonríe. Hasta luego. Music on de nuevo y sigo mi camino.

Y es que cualquiera que pasee un dia por Madrid va a toparse con decenas de jóvenes intentando captar socios para la ONG que sea. Y, sí, la cosa está muy bien y su trabajo es loable y todo eso, pero llega un momento en el que su interés ronda el acoso, sobre todo en el centro y cerca de los grandes centros comerciales; lo que no deja de ser algo digno de ver. La gente sale de las tiendas con bolsas y más bolsas, y más bolsas, y más bolsas… y allí mismo, tienen la redención, la posibilidad de ser solidario al instante apadrinando un niño o dando algo al mes para médicos sin fronteras, o para cualquier otra. Y en perfecta simbiosis, los captadores se aprovechan del sentimiento de culpa de los que salen saciados de consumismo occidental en una especie de reproche. “Mira todo lo que acabas de gastar en tí. No te da cargo de conciencia. ¡Apadrina un niño!” Yo al verlo, pienso que hay algo que se me escapa, algo que no funciona en todo esto. Un detalle ínfimo, la pieza clave que dota de lógica al todo. Me voy con una sensación de vacío que ya he experimentado otras veces… Y mientras, un poco más abajo, una veintena de inmigrantes en su mayoría, negros exponen en sus mantas (sábanas, más bien) bolsos, gafas, DVDs…

El conjunto, Dantesco. De esas cosas que sólo pueden verse en una ciudad grande; que no siempre, una Gran Ciudad.

Saludos. Desde el comienzo de mis pasos.