viernes, 30 de marzo de 2007

pequeños placeres

RAMONES I WANNA LIVE




3 comentarios:

Anónimo dijo...

Que canción más chula, suena a algo así como himno generacional, aunque sé que Joey Ramone me daría una patada en el culo por escribir esto... Ojalá hubiera podido ir a un concierto de los ramones con 18 años...Toda esa adrenalina, el sudor, los gritos, los empujones...

Hay grupos cuyos conciertos pueden llegar a ser experiencias cuasi-místicas,verdad? Si se viven con la edad adecuada claro, porque yo ya no soporto que me pisoteen en los conciertos, casi sucumbo en el que dió Iggy Pop en el primavera Sound y desde entonces nada de primeras filas en macro-conciertos.

¿Tienes algún concierto en la cabeza que recuerdes de forma especial?

Yo guardo en mi corazón tres conciertos: The cure, Mercury rev y Radiohead... El cielo debe de ser algo parecido a esto...

Anónimo dijo...

Yo me quede sin conciertos de adolescente porque donde vivía no había ni uno.. Una puta mierda!
Elijo Pearl Jam, Metallica y luego, una buen montón de conciertos de otros grupos más "pequeños" pero que también han sido la hostia por diferentes cosas, o por el momento, o porque eran grupos a los que tenía un cariño especial...
Luego, me hubiese encantado poder estar en seattle en algún tugurio asqueroso viendo tocar a Nirvana... y en otros mil sitios viendo a otros grupos que ya se me han escapado...

Tienes razón, aunque no crea en el cielo, si existe, debe tener un escenario enorme!!

Anónimo dijo...

Bueno...el hecho de que en tu ciudad no hubiese conciertos y penaras por no poder ir seguro que hace que ahora los disfrutes con más intensidad.

Buff...Seattle viendo a Nirvana...que gran sueño!! Yo le añado una petición, en un tugurio asqueroso desde luego pero con muy poca gente preguntándose quienes son esos melenudos..

Pues si se pueden lanzar peticiones al viento... a mi me hubiera encantado estar en woodstok con toda esos hippies revolcándose por el barro convencidos de que salvarían al mundo a través de la música y el amor libre.

¿Se puede salvar el mundo a través de la música? Yo a veces pienso que sí... Hay un científico japonés que se llama Masaru Emoto que ha escrito un libro llamado "El lenguaje del agua". Su investigación se centra en como la música, las palabras y los pensamientos alteran la estructura molecular del agua.

Aunque parezca increíble, cuando el agua en un proceso de congelación era expuesta a melodias y palabras bellas cristalizaba de forma armónica y bella, cuando las melodías eran ruidos y las palabras desagradables, las estructuras eran feas y desproporcionadas...

El doctor Emoto nos recuerda que los seres humanos aunque obviamente no nos congelemos somos agua en gran parte de nuestra constitución...

Así es cuidado con lo que escuchas 2enemigo!

A partir de ahora no desearé a la gente que sea feliz sino que cristalice bien, no me entenderán pero da igual...