domingo, 25 de febrero de 2007

invasión III

Una, dos, tres, cuatro, y hasta cinco mujeres tengo en mi casa. Esto puede ser considerado, sin duda, como una invasión. Pero no, no es que haya encontrado sentido a mi vida en la poligamia ni nada por el estilo. Son todas parte de mi familia... Mi madre, mi tía, mi prima y otra prima más, además de una de sus amigas. El resultado: Un caos. Yo, acostumbrado a la tranquilidad, me encuentro de repente con esta cantidad extra de gente entre la que están las dos pequeñas, de 15 años así que, bueno, llevó un par de días de desorden general (Omito el desorden de la casa porque yo para eso soy muy desastre, así que no me importa demasiado).
Hoy, por la mañana, se han ido todas (aunque volverán, porque esto durará hasta el miércoles) así que aprovecho para sentarme un rato delante del ordenador tranquilamente.

Voy a quejarme.
Ayer, celebramos que uno de nosotros ha sido papá. Es, de nosotros, el primero y, claro había que celebrarlo a lo grande (Voy a dejar la reflexión sobre lo que significa que uno de tus colegas tenga ya un bebé para otro día). Así que montamos una cena de puta madre y un par de sorpresas maravillosas para él. Todo iba genial hasta que tras salir del mesón, armándola un poco, se nos acercaron cuatro "agentes de la ley". Aunque mejor debería decir cuatro hijos de puta bastardos con ganas de joder.
Con la soberbia y la prepotencia que sólo un policía local puede llegar a desarrollar registraron a unos cuantos y, claro, encontraron lo que estaban buscando, unos cuantos porros.
La queja no es por el hecho de que te paren, registren y multen. Puedo entender que es su trabajo, que el hachís es ilegal y que las obras de la M-30, Gallardón tiene que financiarlas con todos lo métodos a su alcance. Lo que realmente me molesta es su actitud.
Dos tío registrándonos como si fuésemos terroristas, otros dos vigilándonos con caras de tío duro, las luces de los coches, parados en mitad de la calle, encendidas...Cuando ellos saben que somos del barrio y que somos buena gente, porque nos ven a diario en los parques y en las calles, porque saben que ya no somos unos niñatos borrachos que vamos a ir por ahí a liarla y a molestar... ME JODE (así con mayúsculas) su actitud, que nos traten como basura cuando muchos de nosotros ya pagan sus salarios con los impuestos.. Al final sólo cayó una multa para el que tuvo peor suerte, pero la mala leche, el sentimiento de impotencia... Eso nos lo llevamos todos.
Pero bueno, tampoco íbamos a dejar que eso nos estropease el resto de la noche. Nos fuimos a un bar hasta las tres y media que llegó el minibus que teníamos alquilado y que iba a llevarnos a terminar la fiesta a una casa rural. El homenageado flipó cuando al salir del Barracudas vio el autobús y se subió sin tener ni puta idea de a donde iba...
Yo, por causas que no vienen al caso, no pude ir pero seguro que ha sido una fiesta de las que no se olvidan.

Pd: La invasión, aunque caótica, al final es divertida!!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Su papel es ser odiosos, el nuestro, odiar su odiosa actitud... Cada uno en su sitio, el universo en armonia...
Además,los agentes Garcia y Ramirez no podían presentarse ante el comandante Chuflez con las manos vacias y la expresión perruna de siempre...han de limpiar las calles de "peligrosos delincuentes" como vosotros...Lo que ocurre es que nuestras fuerzas policiales en su infinita sapiencia obran "ad futurum" o sea, que entre vosotros hay un futuro delincuente...

Los hombres celebráis las paternidades de los otros? Que raro...

Aprovecha la presencia de tu madre para que te deje tuppers con comida hecha...

Anónimo dijo...

Lo de la policia fue asqueroso y en cuanto a lo de celebrar la paternidad... Pues no sé que decirte pero a este le hemos montado un fieston... Será que es el primero y nos hace ilusión (y que somos unos tios de puta madre!!)